Portugal, un país para descubrir
En 2019, Portugal fue elegida por los Travel Oscars como el destino nª1 de viaje. Portugal es un de esos países merece ser revisitada y redescubierta en cualquier momento.
Mi primer viaje a Portugal fue en coche durante una primavera —muy recomendable—. Ya han pasado años y desde entonces las cosas han cambiado mucho. En esta ocasión, lo he hecho en Navidades con vuelos low cost, recorriendo Lisboa, Coimbra y Oporto. ¡Volveré otra vez!
Portugal, como España, puede ser explorada en cualquier estación del año. Su clima benigno durante todo el año invita a saborearla de mil maneras.
Aquí os descubriré algunos de sus rincones más bellos, sin sacrificar el bolsillo y en invierno, cuando la melancolía (saudade) hace acto de presencia. Más bella, si cabe.
Descubrir la capital Lisboeta
Llegamos a Lisboa un 24 de diciembre por la mañana, cuando la ciudad bulle con la preparación de la cena de Noche Buena.
Volamos con la aerolínea portuguesa TAP, totalmente recomendable: Excelentes precios, buenas ofertas y la posibilidad de entrar por una ciudad como Lisboa y salir por Oporto. En los dos casos, no llegaron a las dos horas de viaje. Una de las grandes cualidades es su servicio, siempre atento, y el ofrecimiento de una comida en su vuelo.
¿Qué más quieres para iniciar un viaje que promete ser un placer para los sentidos?
Además, desde cada uno de los aeropuertos puedes llegar a la ciudad en metro o en Uber, con precios imbatibles. Si escoges el metro, mi consejo es que adquieras desde el primer día una tarjeta recargable, que abarata sensiblemente el coste de los transportes públicos.
Los distritos top de Lisboa
En Lisboa, nos alojamos la primera noche en un apartamento de Airbnb en pleno centro. Al día siguiente, en Navidad, se rompió una cañería y se inundó el baño. Los propietarios nos buscaron un hotel que superó nuestras expectativas: Hotel HF Fénix Lisboa, en la plaza del Marqués de Pombal.
En esta plaza, un gran árbol de Navidad es la entrada al mercadillo del Parque Eduardo VII. Al otro lado de la plaza, la avenida Libertade que se extiende hacia el centro viejo entre quioscos renacentistas y tiendas de marcas de lujo.
Entonces, es cuando descubres que no hay nada mejor que saciar el apetito con un brunch interminable que ofrece un hotel de estas características. ¡No hay mejor forma de empezar esta aventura exploratoria!
Vuestra primera incursión por la ciudad puede iniciarse con el viejo tranvía 28 que os dará la vuelta entera para saborear la esencia de la capital. Es imperdible y muy aconsejable para evitar algunas de sus calles empinadas, hechas para probar la resistencia física del más osado.
Mi recomendación para captar lo mejor del carácter lisboeta es, sobre todo, dejarse llevar porque la ciudad siempre os va a sorprender.
Los barrios más pintorescos
Así que nada mejor que perderse por los barrios más pintorescos de Alfama, entre los que destaca la Catedral —Sé, en portugués— y el Castillo de San Jorge.
Descubre la vecina y menos conocida Graça, la popular Sâo Vicente y la diversidad multicultural única de Mouraria, donde escuchar improvisados fados en bares populares por los que pululan los lugareños. O disfruta con el ocaso del sol en los miradores, con visiones panorámicas de la urbe que quitan el hipo.
Entra en la librería más antigua del mundo, Bertrand. Deja pasar el rato en alguna terracita oculta en una plazuela donde imaginarás que quizás por allí también anduvo Pessoa.
Escucha el gracejo de los pájaros y el susurro de las hojas que se mecen por la brisa del atlántico, mientras una lisboeta curtida en años cuelga sin remilgos su colada frente a los turistas que pasean sus cámaras y móviles intentando captar cualquier instante wonderlust.
Piérdete por sus tiendas y factorías
Ler Devagar («Leer Despacio»), una de las 10 librerías más bellas del mundo.
Quizás, ese instante en el que una copa de vino se reconcilia con tu ser como un elixir sagrado en plena comunión de los sentidos.
Otro barrio trendy es el de Príncipe Real, con sus pequeñas tiendecitas centenarias supervivientes de un pasado ya lejano. Sus galerías y stores de diseño asoman por las callejuelas y jardines que pueblan este elegante distrito residencial.
El día puede empezar con el sol brillando sobre el Tajo, tan grande que se confunde con el propio océano y uno casi pierde la línea del horizonte.
Estamos en el barrio de Cais de Sodré donde se levanta un inmenso puente de hierro que recuerda al de San Francisco, en California. Imponente frente al Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belem, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Al mediodía podemos comer sushi o unos nachos con jalapeños en alguno de los restaurantes de moda de LX Factory y acabar la tarde en sus tiendas más vanguardistas.
Coimbra, Patrimonio de la Humanidad
Desde Lisboa cogemos un tren de alta velocidad a la bella e histórica Coimbra donde se encuentra una de las universidades más antiguas y valoradas del mundo.
Estar atentos a las ofertas de los trenes porque podréis viajar en 1ª a precios de risa y en dos horas os plantáis en el centro de la ciudad.
Un día o dos son suficientes para saborear la esencia de esta pequeña joya llena de recovecos donde perderse.
Os aconsejo comenzar el día con la visita a la Universidad de Coimbra (1290) donde se encuentra una de las bibliotecas más bonitas del mundo, la Biblioteca Joanina. No os perdáis la Capilla de San Miguel y el Palacio Real, a los que se accede desde el hermoso Patio de la Universidad.
Tras esta visita podemos hacer un break en el Jardín Botánico, junto a los restos del acueducto de San Sebastián, donde el acceso es gratuito, antes de llegar a la catedral nueva (barroca y manierista) y la vieja (románica).
Atardecer espectacular en Coimbra
Desde esta última, por sus callejuelas empinadas, llegaremos a una de las calles más animadas de la ciudad, que desemboca en la plaza 8 de mayo donde se halla el Monasterio de Santa Cruz, una joya manierista que encierra bellísimos azulejos.
A partir de aquí, el centro histórico nos seducirá con sus terrazas y pequeños restaurantes con las especialidades más tentadoras. Es hora de comer, antes de volver a sumergirnos por los alrededores del río Mondego donde las vistas y los atardeceres son espectaculares.
Oporto, la ciudad de la modernidad
Si los de Primavera Sound de Barcelona decidieron un día que Oporto sería la única ciudad del mundo digna de celebrar su festival de música indie sería por algo. ¿No? Sencillamente, porque esta bella ciudad es signo de modernidad. ¡Yo me he enamorado de Oporto!
Oporto lo tiene todo para ser visitada al menos una vez en la vida. Desde Coimbra se llega en tren en una hora. ¡Vale la pena!
Su tamaño es perfecto para ser recorrida a pie o en transporte público, es alegre y festiva. Navidad es un baño de luz y colores y alberga el árbol iluminado más grande de Europa.
Oporto contempla su río desde su maravillosa —la Ribeira—, llena de terrazas, actividades acuáticas para todos los gustos y desde donde cruzar por el famoso puente de Don Luis I a la otra orilla, Vila Nova de Gaia. Allí nace el vino de Oporto que se puede catar y comprar en sus célebres bodegas: Sandeman, Croft, Ferreira y Câlem.
El bus 500 atraviesa la ciudad y os lleva, en una magnífica excursión, por su orilla hasta donde el Duero se une al océano. Sus playas invitan al “dolce far niente”, a saborear un buen pescado o marisco a la parrilla, regado con un vino verde.
J. K. Rowling vivió en Oporto y la librería Lello fue uno de los lugares mágicos que le inspiraron para imaginar el mundo de Harry Potter.
Pero, además, Oporto está poblado de hermosas iglesias barrocas y manieristas, edificios con vistosos azulejos, museos y rincones fascinantes, que nos relatan la historia de la ciudad.
No os podéis perder la Torre de los Clérigos con un mirador donde extasiarse con los tejados del centro histórico. La Sé y su bella explanada, el Palacio de la Bolsa, las murallas fernandinas, el Mercado de Bolhâo, los azulejos de la Estación de Sâo Bento, la Capela das Almas o la librería más bella del mundo, Lello (5 € la entrada, que te descuentan con la compra de un libro).
Nos alojamos en un apartamento muy céntrico y bonito de Airbnb. Oporto ofrece la posibilidad de dejar las maletas en consignas como la de Spot Luggage & Lunge (Metro Station Trindade) donde también puedes desayunar o tomar una copa en su bar lounge antes de abandonar el país. Desde aquí puedes coger el metro que te llevará directamente al aeropuerto.
Navidades en Portugal
Definitivamente, nuestro país vecino es un lugar fantástico para celebrar la Navidad y el Año Nuevo. Las calles y escaparates se llenan de adornos, pesebres, gigantescos árboles iluminados y Papá Noel compite con la figura del niño Jesús en los rincones más insospechados.
El buen tiempo invita a perderse por sus calles que huelen a castañas asadas, a comprar en sus tiendas vintage o de jóvenes diseñadores en los barrios cool de Chiado, Baixa y en la lujosa avenida de la Liberdade de Lisboa.
Siéntate en sus terrazas para degustar un Oporto, un copo de cerveza —nuestra caña— o un ginjinha —un tipo de vermut a base de cereza— con unos petiscos de bacalao o croquetas.
Explora sus empinadas callejuelas y degusta el vino caliente en los mercadillos. Déjate seducir por sus tentadores pasteles de nata en sus célebres pastelerías, los portugueses los acompañan con un Oporto dulce.
El día 30 por la tarde, en el centro de Oporto tiene lugar la carrera de San Silvestre. La carrera da paso a la Noche vieja, cuando la ciudad se vuelca en la celebración con música y fuegos artificiales. Oporto es la gran protagonista de la Noche Vieja que atrae a gente de todo el mundo, dispuesta a cerrar el año junto a la desembocadura del Duero.
Boa Viagem!
