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Verano en Barcelona

Barcelona huele a mar

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Me encanta el verano en mi ciudad, porque Barcelona huele más a mar y sabe más a sal, a cítricos y a flores. Barcelona es intensamente azul, verde y rosada. Suenan amenazadores los petardos que señalan el inicio de las vacaciones infantiles. Correfocs y fuegos artificiales en noches de verbena. Huele a pólvora. Es tiempo de playa, callejuelas, placitas, terrazas y baños.

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Esta hermosa urbe bulle a orillas del mar y se abre como un abanico hacia las montañas del interior. Sobre ella se levantan iconos como el Hotel W que iza su gran vela en el horizonte marino, la colorista Torre Agbar o la inacabada Sagrada Familia del gran maestro Gaudí.

panorámica-ciudad-Barcelona-con-el-marBarcelona es de cine

Interior-hotel-vela-WBarcelona se sabe guapa y lo es, tiene alma de artista y por sus venas corre el arte más bohemio y el diseño más vanguardista. Barcelona cosmopolita y vibrante como el Mediterráneo que baña su costa. Tiene la sabiduría del anciano, pues mil años la contemplan, y la alegría revolucionaria de una rebelde con causa.

Espléndida, pintoresca, oscura, burguesa, obrera, imprescindible. Barcelona ha sido escenario de rodajes cuyos directores han sabido capturar su mejor esencia. Desde Pedro Almodóvar con “Todo sobre mi madre”, “Vicky Cristina Barcelona” de Woody Allen, a “Biutiful” de Alejandro González Iñárritu.

En el Barrio Gótico se rodaron algunas de las escenas de “El Perfume”, como la del mercado de pescado donde la nariz del protagonista se vuelve maestra y peligrosa. Muy cerca, una bellísima tienda de 1823, la Herboristería del Rey (c/ Vidre 1), sirvió como escenario para recrear la trastienda del perfumista.

Mi padre, que trabajó para la Metro Goldwyn Mayer cuando yo era una niña, me recordaba que en la colonial Plaza Real se recreó la Habana de Cuba en “El viaje de los malditos”.

No os extrañéis si os encontráis con el guapo Viggo Mortensen o a Woody Allen paseando por el barrio más modernista de la ciudad, l’Eixample. El primero se enamoró de una actriz catalana, el segundo tiene un amor platónico con la ciudad. A Woody Allen le gusta alojarse en Casa Fuster, un maravilloso edificio modernista convertido en un hotel de 5 estrellas. En más de una ocasión se le ha visto tocar con su banda en el Café Vienés del mismo hotel para deleite y sorpresa de los que allí se encuentran. No os perdáis la fachada y la recepción, una obra de arte.

Barcelona con sabor a Nápoles

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El Paseo del Born con sus bares, restaurantes y tiendas

Uno de los barrios más pintorescos, que vibra como nunca en verano, es la Ribera-Born. Hasta aquí llegaba la arena de la playa en el siglo X y desde entonces marineros, pescadores y comerciantes controlaron sus calles, en él destaca el perfil de su antiguo mercado —hoy Born CCM—, obra arquitectónica de hierro forjado que nos descubre en su interior los restos del barrio donde se libró una cruenta batalla en 1714.

Pasea por sus calles con los nombres de los gremios, las sencillas casas de pescadores con la ropa colgando en sus balcones que recuerdan a la vieja Nápoles, y los palacios de condes y ricos mercaderes, hoy convertidos en museos, como el magnífico Museo Picasso y el Museu de les Cultures del Món.

Tiendas con solera, boutiques de diseñadores catalanes, saborear los mejores cafés de Barcelona en sus pequeños santuarios, coctelerías como la tradicional Miramelindo, o restaurantes como El Senyor Perallada han convertido al Born en un Village neoyorquino. Perderse por sus calles hasta llegar al puerto o al barrio Gótico es un placer para los sentidos.

Muy recomendable:

 

1. El Mercado de Santa Caterina, rehabilitado por los arquitectos Enric Miralles y Benedetta Tagliabue, en el que destaca su tejado de cerámica colorista. Comprar los mejores productos del mercado o degustarlos en sus restaurantes y bares, a cual mejor.

2. Cafés el Magnífico y Sans & Sans (c/ Argenteria 64). Salvador Sans sabe como nadie tostar y elegir los mejores cafés y tés del mundo.

3. Casa Gispert (c/ Sombrerers 23), un ultramarinos de 1851 donde embriagarte con el tueste artesanal de frutos secos, chocolates, mermeladas, aceites, todo de óptima calidad.

La Gràcia de Barcelona

Mi barrio favorito en verano es Gràcia. El encanto de pasear como si estuvieras en un pueblo, porque así lo era hasta que se anexionó a Barcelona, a principios del siglo pasado. Pero Gràcia también es poderosa y rumbera, bohemia y artista. Un deleite, sentarse en las terrazas de sus plazoletas para ver un improvisado baile de swing, mientras es “fa el vermut”; deambular por sus callejuelas y descubrir pequeños tesoros en tiendecitas “slow”: arte floral, moda, artesanía y vintage.

hora-del-vermut-en-BarcelonaSi visitas Barcelona la semana del 15 de agosto, no te pierdas la Fiesta Mayor de Gràcia. Sus vecinos concursan por engalanar sus calles de fantasía, espectáculo y color. Imperdible.

Fiestas-de-Gràcia-BarcelonaMuy recomendable:

 

1. Las terrazas de la Plaça de la Vila con su Torre del Reloj y la Plaça de la Virreina.

2. Pasear por las calles Perill, Torrent de l’Olla o Martinez de la Rosa y pararse en las tiendas para ver y comprar.

3. Cal Boter (c/ Tordera 62) donde comer especialidades catalanas de “forquilla” como la inolvidable Escalivada con foie.

4. El Ferrum es otro de mis restaurantes favoritos, con terraza, deliciosa comida de mercado y la simpatía de sus dueños. Podéis acabar tomando un Gin & Tonic en su coctelería Agua del Carmen (c/ Córcega 400).

No te pierdas la ruta 6 joyas modernistas con una historiadora y tapas gourmet en casa de un chef

 

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2 comentarios en “Verano en Barcelona”

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