Barcelona desde el cielo
Cuando llegan estos días en los que Barcelona amanece de intenso azul y el sol comienza a acariciar nuestros cuerpos, la ciudad invita a ser paseada y explorada.
Os propongo llegar a un mirador de la ciudad que nos descubre una panorámica espectacular de Barcelona, el Turó de la Rovira.
Desde su cima, en un día nítido, se pueden avistar los aviones atravesar la costa y aterrizar en el aeropuerto, a los barcos navieros faenar en el puerto o alcanzar con la vista el Montseny nevado.
El Turó de la Rovira es hoy un espacio patrimonial donde se conservan los restos de una batería antiaérea construida durante la guerra civil española como defensa de los ataques de la aviación fascista a la ciudad.
Tras la guerra, los restos de la batería antiaérea del Turó de la Rovira se aprovecharon para construir el barrio de los Cañones, junto a las barracas que en los 70 poblaron el Carmelo, hoy desaparecidas. Pero la historia de este peñasco llega hasta los íberos que se asentaron para resguardarse de sus enemigos.
Hoy se puede pasear por sus caminos de tierra, entre pinares, algarrobos y almendros que ocultan casas con jardines donde la burguesía catalana pasaba el verano antes de la guerra.
Degustar unas patatas bravas 10
Después de deleitarnos con la vista y llenar los pulmones con aire fresco, hay que dar al gusto al paladar.
A 10 minutos del Turó de la Rovira, descendiendo por sus calles empinadas y sus casitas excavadas en la propia montaña, en dirección al barrio del Carmelo, se encuentra el bar Las Delicias.
Aquí, los locales se sientan en una improvisada terraza con vistas al Parque del Guinardó —otro pulmón verde de Barcelona solo visitado por sus vecinos y que bien merece un paseo—.
Todo gira en torno a un vermut que aquí nunca ha vivido de las modas, sino de ahogar las penas de un barrio obrero y muy trabajador. Entre cañas, boquerones en vinagre, calamarcitos fritos, ensalada rusa y unas patatas bravas dignas de mención, aderezadas con un generoso alioli acompañado de salsa romesco picante, de las mejores que he probado en Barcelona. ¡Todo está para mojar pan!
Bar Las Delicias. C/ Mülberg, 1. Horta-Guinardó
El Park Güell de Gaudí
Lleno el estómago, desde este punto se puede hacer una bonita excursión hasta el Park Güell, en la vertiente meridional del monte Carmelo, donde Antonio Gaudí encontró su mejor inspiración en las formas orgánicas de la naturaleza.
Ahora, la buena noticia que nos trae el Ayuntamiento de Barcelona, con #barcelovers, es que los barceloneses podremos volver a visitar el parque libremente, como antaño.
Dejemos a los turistas que paguen para que se pueda conservar como se merece este espacio natural y arquitectónico, declarado “Patrimonio de la Humanidad» por la Unesco.
Más información: https://lameva.barcelona.cat/barcelovers/es
Me encanta Eva, vivo justo al lado del Parc del Guinardó y me siento muy muy afortunada, de la tranquilidad y las vistas que tenemos de nuestra ciudad.
¡Me alegro que te guste Marta!
La verdad es que una zona de Barcelona poco conocida por los barceloneses, pero que merece mucho la pena. ¡Si que eres una afortunada!
Saludos